Ha dado inicio la misión para establecer la adoración eucarística perpetua, es decir día y noche y todos los días del año, en la Capilla de las Clarisas de la ciudad vieja.
La peculiaridad de esta iniciativa, ya arraigada en el mundo y también aquí en España, reside en que quienes participan son principalmente fieles seglares. Son ellos quienes mantienen los turnos de una hora semanal, que se van sucediendo hora tras hora, y también quienes -mediante una organización funcional de coordinadores- se encargan que siempre haya al menos una persona adorando ante el Santísimo Sacramento.
Dios será adorado en cada instante del día y de la noche y las personas todas, no sólo quienes harán realidad el proyecto, podrán encontrarse con el Señor cuando y cuanto lo deseen.